Jamás me di por vencido,
y nunca creí en el "seamos solo amigos".
Ella en el parque, y yo a su lado,
hermosa noche de cielo estrellado.
Ella tímida, y yo discreto,
siempre deseándote en secreto.
Tomé su mano y vi su sonrisa,
su tacto fue tan agradable como la suave brisa,
Su mirada me miraba,
ella me quería, yo la amaba.
Ella humilde, y yo algo modesto,
han pasado años y ha llegado el momento.
Ella pensaba que era una noche normal,
para mí ha llegado el momento de confesar.
"Te anhelo mi dama,
quiero ser tu caballero,
hacer el papel de tu almohada,
ese siempre fue mi sueño.
Perdona mi atrevimiento,
después de tantos años de amistad,
tu imagen no sale de mi pensamiento,
y yo necesitaba encontrar paz."
para mí ha llegado el momento de confesar.
"Te anhelo mi dama,
quiero ser tu caballero,
hacer el papel de tu almohada,
ese siempre fue mi sueño.
Perdona mi atrevimiento,
después de tantos años de amistad,
tu imagen no sale de mi pensamiento,
y yo necesitaba encontrar paz."
Tuvimos una pelea,
me dijo cosas que no esperaba oír.
Yo la tomé entre mis brazos,
y juré nunca dejarla ir.
Conozco mis derechos,
murmuré mientras a una patrulla golpeaba mi pecho.
Tal vez pago el precio por haber pedido lo imposible
pero ser más que su amigo era algo irresistible.
Lo sé, no fue correcto,
el amor no se conoce por ser perfecto.
murmuré mientras a una patrulla golpeaba mi pecho.
Tal vez pago el precio por haber pedido lo imposible
pero ser más que su amigo era algo irresistible.
Lo sé, no fue correcto,
el amor no se conoce por ser perfecto.
En el momento de haber detenido su gemir,
sabía que su corazón había renunciado a latir.
Ahora me doy cuenta que si en verdad te amaba,
tenía que dejarte ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario